domingo, 17 de enero de 2016

Bancos públicos



Hay quienes se instalan en los bancos públicos como lo harían en el sofá de su casa: dejan sus bolsas a los pies, se estiran cómodamente a todo lo largo, hojean un periódico o un libro, destapan alguna botella, se desperezan sin recato a la vista de los viandantes... 
Lo único que parecen echar de menos en ese momento es un mando a distancia para ir cambiando a su antojo las escenas que cruzan por delante de sus ojos y no les gustan.

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